Nos encargamos de buscar nuevos hogares donde habitar, pero terminamos descuidando el nuestro, la Tierra.
Un hecho que ha preocupado a todos los científicos y ambientalistas del mundo ha sido el impacto severo que tiene el calentamiento global en la Tierra.
Como un plus a esa preocupación, un estudio revelado en la revista Current Biology ha dado a conocer cómo la vegetación ha podido crecer cada vez más rápido en la Antártida en las últimas décadas como consecuencia del cambio climático.
Se sabe que son pocas las plantas que lograban vivir en el Ártico, pero un estudio de musgos que crecen en las orillas del océano logró mostrar un fuerte incremento de la actividad biológica en los últimos cincuenta años.
En el estudio se lograron analizar cinco “testigos de perforación” tomados de las capas de musgo que se preserva desde hace mucho tiempo debido al frío. Las extracciones fueron hechas en tres sitios de las Islas del Elefante, Ardley y Green, que tienen las capas de musgo más gruesas y antiguas.
Las muestras permitieron analizar vestigios que datan de más de 150 años atrás, el objetivo era analizar cuál es la evolución del clima en este período. El análisis sorprendió al mostrar un claro aumento de la actividad biológica en los últimos 50 años.
“La temperatura se eleva desde alrededor de la mitad del siglo pasado en la Antártida, lo que tiene un efecto importante en el crecimiento del musgo en la región”, explicó Matt Amesbury a la revista Current Biology.
La Península Antártica es una de las regiones del planeta que ha sufrido el calentamiento más rápido, con un aumento de temperatura de aproximadamente 0,5 grados centígrados por década desde 1950.
Actualmente sabemos que además del aumento en la tecnología, han sido identificadas otras señales del cambio climático en la Antártida como el aumento de las lluvias y los vientos fuertes.
“Si el calentamiento continúa, habrá un retroceso mayor de los glaciares y la Península Antártica será un lugar mucho más verde en el futuro”, señaló Amesbury.
Los científicos planean ahora analizar las muestras de musgos que permiten remontarse a miles de años con el objetivo de poder determinar cómo el cambio climático ha afectado los ecosistemas a lo largo del tiempo, sobre todo antes de que la actividad humana empezara a causar el calentamiento actual desde el comienzo de la era industrial, a finales del siglo XIX.
Por Vicente Rendón