El calentamiento global es el aumento desmedido de la temperatura del planeta Tierra a causa de la emisión excesiva de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Parece simple, pero se trata del problema ambiental más grave que tiene frente a sí el ser humano desde que desarrolló conciencia.
Los escenarios apocalípticos propios de la ciencia ficción suelen imaginar la destrucción de la Tierra como un evento catastrófico y espectacular lleno de efectos especiales; sin embargo, el final de la vida tal y como la conocemos podría llegar de una forma mucho más discreta y silenciosa: el súbito incremento de la temperatura a nivel mundial es una realidad que ahora mismo está poniendo en jaque a miles de organismos vivos, sistemas que mantienen el equilibrio del planeta y corren el riesgo de colapsar y cambiar para siempre el apacible punto diminuto que llamamos hogar.
¿El calentamiento global es natural?
A pesar de que las variaciones tanto de la temperatura terrestre como de las concentraciones de dióxido de carbono son una constante natural durante los últimos miles de años, la realidad es que la actividad humana de los últimos tres siglos ha propiciado un aumento significativo y alarmante que amenaza como nunca antes a la vida en la Tierra. A partir de la Revolución Industrial, el uso de combustibles fósiles y la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera aceleró el cambio climático de nuestra era a un nivel sin precedentes.
El aumento del nivel del mar, el incremento de la temperatura mundial, la prolongación de sequías, una formación de huracanes con potencial devastador y la extinción de decenas de especies son sólo algunos de los efectos primigenios del calentamiento global sobre el planeta. No obstante, estamos cerca de llegar a un punto sin retorno, en el que los efectos de este fenómeno habrán de mostrar todo su poderío destructivo sobre ecosistemas y miles de seres vivos, incluyendo la especie humana.
Negación del calentamiento global
Una postura expandida sobre este fenómeno es la negación del mismo. Un sinfín de individuos, grupos de distinta naturaleza y otras organizaciones que persiguen intereses económicos propagan esta idea como verdad, cuando la existencia del calentamiento global y los daños que produce en el planeta son indiscutibles. La evidencia científica demuestra una tendencia inequívoca de efectos relacionados con el cambio climático: las temperaturas récord a lo largo del último medio siglo, el derretimiento de las placas de hielo, la acidificación de los océanos y los climas cada vez más extremos son datos incontrovertibles suficientes para acabar con la incredulidad sobre el tema y comenzar a actuar.
En realidad, la idea que apoya el negacionismo está respaldada por think-tanks, universidades, plataformas y funcionarios públicos al servicio de la industria de los combustibles fósiles, principal responsable de las titánicas emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Los devastadores efectos del cambio climático
Las predicciones más conservadoras afirman que de mantenerse esta tendencia, el nivel del mar podría subir de 15 a 60 centímetros en el próximo siglo, mientras que la previsión de un aumento de 4 grados centígrados más en el planeta sería suficiente para acabar con todo el hielo de la Tierra y con ello, la eminente desaparición de las selvas tropicales no haría más que agudizar el problema. De cumplirse este pronóstico, las sequías impactarían de lleno y los humanos se concentrarían en zonas altas, provocando un escenario de no retorno que terminaría por cambiar la vida tal y como la conocemos.
A pesar de los crecientes esfuerzos por informar al público en general del calentamiento global de científicos y organizaciones sociales de todo el mundo, la realidad es que las cumbres celebradas a nivel mundial para poner un alto a la emisión de gases de efecto invernadero son laxas. Los países que más contribuyen a este catastrófico evento son Estados Unidos y China, las dos primeras potencias económicas del mundo, cuyas medidas para disminuir su aportación a este fenómeno son deficientes y no harán más que empeorar en los próximos años si todo marcha igual.
autor : Alejandro López
monze Gomez
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